jueves, 13 de agosto de 2015

Juan Nepomuceno Seguín




La vida de Juan Seguín refleja el dilema al que se enfrentaron miles de latinos durante las contiendas entre México y los Estados Unidos de mediados del siglo antepasado.
Nacido en San Antonio, Texas, Juan Seguín (1806-1890) fue un héroe de la revolución que llevó a Texas a independizarse de México y luego fue alcalde de San Antonio en la nueva República de Texas. 
No obstante, cuando México trató de recuperar Texas en 1841, fue acusado falsamente de traición y tuvo que huir con su familia a México. Allí le esperaba la cárcel o el servicio militar y, por una ironía del destino, luchó al lado de México contra los Estados Unidos en la guerra de 1846. Aunque se le concedió la amnistía en 1848, pasó la mayor parte de su vida en México. En 1859, escribió en sus memorias que era extranjero en su tierra natal. Murió en Nuevo Laredo, México, cerca del Río Bravo, y en 1973 sus restos fueron trasladados a Seguín, Texas.

Texas, México y el tratado de Guadalupe Hidalgo A comienzos de la década de 1830, Texas era parte de la República de México. Algunos angloamericanos que vivían en Texas habían adquirido la ciudadanía mexicana. Otros deseaban separar a Texas de México, basándose en la creencia de que sus bienes y sus derechos políticos incluido el derecho de tener esclavos estarían más seguros en los Estados Unidos. México había abolido la esclavitud en 1829. En 1835, el General Antonio López de Santa Anna se declaró presidente de México. Por todo el país estallaron movimientos de rebeldía. En Texas, grupos de texanos, en unión de inmigrantes angloamericanos, se apoderaron de San Antonio. El ejército de Santa Anna los derrotó en el Álamo y en otras batallas. 
En 1836, Santa Anna cayó prisionero de Sam Houston y fue obligado a firmar un tratado por el que reconocía la independencia de Texas. Diez años después, cuando el Congreso estadounidense declaró la anexión de Texas como estado, los conflictos fronterizos entre los Estados Unidos y México escalaron hasta convertirse en una guerra, conocida como la guerra de 1846. El presidente James K. Polk trató inicialmente de resolver el conflicto por vías diplomáticas, pero más tarde envió tropas al territorio en cuestión. 
Cuando el ejército mexicano causó algunas bajas entre ellas, el presidente persuadió al Congreso a declarar la guerra. Los dos ejércitos se enfrentaron en Texas, Monterrey, Saltillo, California y Veracruz. Finalmente, una fuerza bajo el mando del General Winfield Scott se apoderó de la Ciudad de México en septiembre de 1847.

En 1848 los gobiernos de México y los Estados Unidos firmaron el tratado de Guadalupe Hidalgo, en virtud del cual miles de personas y millones de hectáreas de terreno cesaron de ser mexicanas. Los acuerdos proveían el regreso de las tropas estadounidenses, el futuro de los pueblos indígenas y la garantía de la ciudadanía estadounidense a los anteriores ciudadanos de la República Mexicana.
Los Estados Unidos también pagaron a México $15 millones de dólares. Quizá lo más importante para los latinos fue la cláusula por la que se garantizaba la ciudadanía estadounidense y el "libre uso de sus bienes y libertades" a los ciudadanos mexicanos. Esta garantía falló cuando el Congreso estadounidense ratificó el tratado más tarde ese mismo año. Aun antes de la ratificación, el descubrimiento de oro en California atrajo verdaderas oleadas de inmigrantes al oeste estadounidense. Los americanos de origen mexicano se vieron obligados a defender bienes y libertades. Muchos perdieron sus tierras como resultado indirecto del tratado y muchos más, como Juan Seguín, se encontraron en la situación de ser extranjeros en su tierra natal.
Con información del Museo Nacional de Historia Americana 
El museo está situado en la esquina de 14th Street y Constitution Avenue, N.W., Washington, D.C

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