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    El Estadio Saltillo.   El presente relato es producto de la charla que sostuve con mi hermano mayor Antonio, reproduzco parte de esa conversación. “El Estadio Saltillo tuvo una característica especial, era un lugar multi funcional, albergaba todo tipo de eventos; por la década de los años sesenta del siglo pasado, estuve presente en muchos de los juegos de la liga intermedia de fútbol americano, ahí jugaron los equipos del Ateneo Fuente, la Escuela de Agricultura Antonio Narro, hoy UAAAN, el Tecnológico de Saltillo y otros equipos que me tocó ver en partidos amistosos, fueron el Tecnológico de Ciudad Madero y el Instituto Francés de La Laguna, entre otros.   En el estadio se jugaba béisbol más que otra cosa, fue sede de la Liga Otoñal y casa del equipo local los Vinateros del Club 45, patrocinados por la Compañía Vinícola de Saltillo. Entre las novenas rivales figuraban los Escoberos de Cadereyta, los Soderos de General Terán, Nuevo León. Desde Texas vení...
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  Breve Historia de las Corridas de Toros en Saltillo (Siglos XVIII y XIX)   Se dice que entre las tres grandes herencias que nos dejaron los españoles están el idioma castellano, la religión católica... y la fiesta de toros. Esta última, que hoy resulta incomprensible para buena parte de las nuevas generaciones, la Fiesta de los Toros ha sido   durante cinco siglos una de las expresiones más arraigadas en la cultura mexicana. Los toros, junto al teatro, fueron los espectáculos masivos por excelencia. La fiesta de los toros es una de las expresiones culturales más arraigadas en México y culturalmente más cercana que cualquier otro espectáculo o deporte que viene de fuera. La Fiesta de los Toros es muy mexicana. Durante quinientos años ha formado y sigue formando parte de nuestra identidad cultural. A pesar de la avalancha de prohibiciones de políticos y pseudo ambientalistas, las corridas de toros se siguen dando en algunos estados de la República Mexicana. Mucho ...
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  Memorias de don Martín de la Cruz Las tribus chichimecas de Coahuila Mi avanzada edad hace que mis manos tiemblen un poco y la vista se me nuble por ratos. Por las noches escucho entre sueños voces que repiten mi nombre, invitándome a que vaya con ellas. Siento la necesidad urgente de poner en papel lo que mi abuelo Aniceto de la Cruz me contó durante tantas tardes de mi niñez, cuando el sol se ocultaba tras el cerro de Tlaxcala y sus rayos dorados acariciaban el cielo. Esas charlas de atardecer las llevo grabadas en el alma; algún día mis nietos o los hijos de mis nietos van a comprender por qué escribí todo esto. Mi abuelo Aniceto era tlaxcalteca de cepa pura, su piel café oscuro curtida por el sol del desierto.   Cuando me hablaba de los antiguos pobladores de Coahuila, si esos, los dueños de estas tierras, su voz se volvía un murmullo, como si temiera despertar a los espíritus que aún vagaban por estos valles. "Mijo", me decía, "antes de que llegaran los espa...
  Fundación de Saltillo y Moterrey, 1577 
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  Esteban L. Portillo: La verdad detrás de una inicial El misterio de una letra Durante más de un siglo, los historiadores coahuilenses han citado las obras de Esteban L. Portillo sin conocer realmente qué significaba esa misteriosa "L." en su nombre. Muchos asumieron que se trataba de "López", asociándolo erróneamente con la prominente familia de origen jalisciense López Portillo. Pero la verdad es más sencilla y está escrita en los documentos familiares: la "L." era de Luna. Un historiador pionero Esteban Del Refugio nació el 25 de diciembre de 1854 en Pinos, Zacatecas, no en 1859 como se ha afirmado tradicionalmente. Esta corrección cronológica surge del registro de bautismo conservado en los archivos parroquiales, documento que constituye la prueba más fehaciente de su fecha de nacimiento. El registro, firmado por el presbítero, establece textualmente: "En la parroquia de Pinos, Zacatecas, a treinta de diciembre de mil ochocientos cincuent...
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  Sanabia y Borja, pioneros de la diversión más popular y de más arraigo en la ciudad, El cinematógrafo La historia del cine en México es una aventura que comenzó mucho antes de que las pantallas grandes se volvieran parte de nuestra vida cotidiana. La irrupción del cinematógrafo fue un evento asombroso que capturó la imaginación del público desde el primer instante. Los hermanos Louis y Auguste Lumière, dos visionarios de Lyon, Francia, patentaron el cinematógrafo el 13 de febrero de 1895. Aquel aparato, que permitía proyectar imágenes en movimiento, cambió para siempre la forma en que los seres humanos contarían historias. La primera película de la historia, "Salida de los obreros de la fábrica Lumière en Lyon Monplaisir", no fue un relato grandioso ni una ficción asombrosa, sino una sencilla escena cotidiana que no duraba más de sesenta segundos. Sin embargo, este brevísimo film, estrenado el 22 de marzo de ese mismo año, fue el inicio del séptimo arte. Poco tiempo ...