domingo, 27 de marzo de 2022

 

La calle de los Baños

Modesto paraiso perdido

Relatos y Retratos del Saltillo Antiguo

Ariel Gutiérrez Cabello

Antiguamente fue una de las más hermosas y típicas de nuestra ciudad. Localizada en la parte poniente de la ciudad, esta antigua vía nació a la orilla del Rio de la Presa, debido a la reducción de agua, el cauce terminó con el nombre de Arroyo de la Presa, más tarde Arroyo del Pueblo. De sur a norte, corría una acequia flanqueada por frondosos árboles. A principio del siglo veinte, la calle cambió de nombre a Cuitláhuac, penúltimo tlatoani mexica, señor de Iztapalapa y hermano de Moctezuma Xocoyotzin.

En tiempos post revolucionarios se renombró la calle con el nombre del general Francisco Murguía López de Lara, oriundo del rancho Guadalupito, perteneciente a la hacienda de Majoma, municipio de Mazapil, Zacatecas. El general Murguía militó al lado del Primer Jefe del Ejército Constitucionalista, el señor Venustiano Carranza Garza.

 En Saltillo, el que no es poeta, hace cajeta.

La calle da inicio en la antigua estación de ferrocarril, donde extrañamente no se puede acceder a ella. La calle es un zigzag, se prolonga hacia el norte, hasta topar con la calle de Presidente Cárdenas. En los primeros tramos de la calle existieron grandes huertas de nogales, membrillos, manzanos y perónes, frutas típicas con las que se elaboraban las famosas y deliciosas cajetas y jaleas. Por los años cincuenta del siglo pasado, se podía ver aun el riachuelo que conducía el agua para el riego de las huertas. La cada vez menos agua hizo desaparecer aquellos hermosos árboles, hoy en día son contadas las casas que conservan vestigios de aquellos imponentes árboles.    

Las huertas de la familia Jaramillo estuvieron en la hoy esquina N.O. de Ramos y Murguía, la cual desapareció para dar paso a la fábrica de refrescos El Carmen, al pasar por enfrente se podía ver a través de sus ventanales, la maquinaria que movía los envases de vidrio con su característico color verde, como un desfile las botellas una detrás de otra, eran rellenadas del líquido de cola.

Herencia Tlaxcalteca.

Don Catarino Hilario fue uno de los fundadores de las famosas huertas de la calle de los Baños. Otras huertas del señor Catarino Hilario fueron heredadas a sus sobrinas, las señoritas Vega, una de ellas se encontraba en el número 128, entre la hoy calzada Madero y la Calle de Aldama, ahí, Juan Rodríguez Navarro y su esposa Maria del Refugio Vega, construyeron una casa de buen tamaño, luego la propiedad fue comprada por las hijas de don Guillermo Purcell, la llamaron Quinta Purcell. Las señoritas Purcell la utilizaban como casa de campo, hace tiempo fue adquirida por la familia Jiménez. La propiedad tiene un muro que ha venido desafiando la gravedad, como el viejo junco, se dobla, pero no se cae.

Dia de campo en la ciudad

Antiguamente, durante la época de verano, muchas familias solían pasear en las huertas de la calle de los Baños. Comer bajo la sombra de los árboles y respirar aire fresco, eran los ingredientes para el perfecto día de campo. Otra huerta fue la de don Severo Fernández, otra más perteneció a Catarino Rodríguez quien tiempo después pasó a ser propiedad de Cesáreo Elizondo. En la Quinta Manuel Roberto propiedad de don Genovevo Farías, en las épocas de verano se organizaban bailes así como en el nogal grande de la Quinta los Cedillo.

En los terrenos donde hoy se localiza el Hospital Universitario estuvo la huerta de Crescencio Rodríguez y la de José María Garza Maciel, quien tiempo después la vendió a Blas Rodríguez. Otros afortunados propietarios de huertas fueron, Francisco Rodríguez, el licenciado Gabriel Valerio, Casimiro de los Reyes, doña Josefa Zertuche. Calle abajo vivió el matrimonio formado por Leopoldo Martinez Zamora y Mercedes Cadena, viejas consejas populares no confirmadas, hablaban de que, en ese espacio estuvo la casa del último gobernador Tlaxcalteca. Otra famosa huerta que tristemente muchos vimos como los enormes nogales iban muriendo poco a poco en la Huerta de Los Pilares, ubicada donde topa la calle Aldama.

Descendientes de tlaxcaltecas o tlaxcaltecas puros, fueron los señores Doroteo y Nicolás Fermín, sus propiedades las adquirió don Jesús Acuña, padre del licenciado del mismo nombre que fue Gobernador interino de Coahuila y Secretario de Gobernación, en tiempos del presidente Venustiano Carranza. Ahí en 1914 el licenciado Acuña construyó casas para obreros y se opuso terminantemente, que se cambiara la zona de tolerancia a la antigua calle de los Baños, ya que había adquirido el nombre de la “cuadra colorada”  

Nombre y costumbre perdidos

El origen del nombre de la calle de los Baños viene de una vieja costumbre que se celebraba en el mero día de San Juan. Muy temprano cada 24 de junio, la gente acudía a tomar un baño en las pilas de agua de las huertas. Después del refrescante baño veraniego, los dueños disponían platones de fruta de la huerta e invitaban a desayunar bajo la sombra de las grandes chayoteras. La gente trabajadora tomaba el baño en plena calle, directo del abundante caudal de la acequia. Muy cerca de la esquina de la antigua calle de los Baños y que en otro tiempo llevó el nombre Venustiano Carranza, hoy Manuel Pérez Treviño existió la tienda de abarrotes La Guadalupana.

Hoy solo queda conformarnos con el recuerdo de aquellas huertas y la abundante agua que nuestros abuelos supieron cuidar y disfrutar.  



Calle de los Baños, saltillo, Coahuila circa 1920. Fotografía de Alejandro V. Carmona 



Arroyo del Pueblo, sus fueron aguas utilizadas para el riego de las huertas de la calle de los Baños. Circa 1918 Foto Manuel Macías.


Tipica huerta como las que existieon en la calle de los Baños 


saltillo1900@gmail.com

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