Durante los años de 1840 a 1860 el dominio
del mercado fotográfico estuvo por lo general en
manos de extranjeros. Cabe mencionar que Andrew
Halsey llega a la capital de México en 1847,
durante la ocupación del ejército norteamericano,
y en ese tiempo ofrecía daguerrotipos coloreados
con finos pinceles de pelo de marta y plumilla
de paloma, vistas de iglesias y edificios públicos.
Hasley hace un extenso trabajo por México, y viaja
regularmente a su tierra para hacerse de nuevas
técnicas y equipo fotográfico. Se le atribuye haber
introducido las impresiones de sal, los ambrotipos
y el colodión a nuestro país, donde su trabajo se
extendió hasta el año de 1860
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