1950
Cine de Barrio
Asentado
por la calle de Juárez entre Matamoros y calle de Arteaga, construido en el año
de 1949 anteriormente estuvo en ese mismo lugar el XXVI regimentó de caballería
hasta el año de 1925, su sala era muy
grande y las butacas eran de lámina, por lo que en las noches de invierno, una
vez sentado, el frío calaba hasta los huesos.
Por
la década de los setena, a manera de broma, cierta gente solía decir; cuando
compras un boleto para el Cine Royal, a
la entrada te dan un garrote y un costal, esto para matar y meter las ratas que
supuestamente había dentro del cine,
dependiendo el número de roedores que atraparas, recibías un bonificación, lo
cierto es que, justo a un lado del cine corre el centenario arroyo de la Tórtola
y en la parte del fondo del cine se encuentra y junta su cauce con otro arroyo, llamado El Martillo,
esto probablemente propició que alguna ocasión se metieran roedores la sala.
Con
el correr de los años el cine mostró un
considerable deterioro material, como consecuencia de un pobre mantenimiento. Una mañana del mes
sin poder precisar aún, pero del año de 1978, como a las once de la mañana, se
dejó sentir un fuerte ruido, parte de la
estructura del techo cercana a la pantalla, la estructura metálica no resistió
más y parte del techo se vino abajo, afortunadamente el suceso fue por la
mañana, por lo no hubo desgracias personales.
Los
dueños tenían la intención de levantar y reparar el edificó por diferentes
motivos desconocidos el tiempo paso y el cine fue abandonado hasta que desapareció.
La
plantilla del personal del Cine Royal era
la siguiente:
Dos
personas encargadas de la limpieza,
quienes temprano por la mañana se encargaban de dejar listo la sala para la
función del día.
Una persona, por lo regular mujer, encargada en la taquilla para la venta de
boletos, conocida como la boletera.
Un celoso portero quien después de romper los
boletos dejaba ingresar a la gente para
presenciar la función.
Dos
encargadas de la dulcería, quienes tenían que hacer desde temprano sándwiches, hot dogs, en el intermedio servir refrescos, hacer palomitas de maíz y llevar
las ventas de copas con helado, muchos otros dulces y golosinas, por cierto las
ventas de la dulcería en ocasiones era el lugar donde se encontraban las verdaderas
ganancias para las empresas.
Dos
personas asignadas a la cabina de proyección, sus tareas consistían en poner
las películas, durante las funciones, cuidar el foco, cambiar las varillas de
carbono, rebobinar los rollos de películas, estar al tanto de que la película
se desplazara libremente por el intrincado mecanismo del proyector, que no se
rompiera o e atascara, pegar los pedazos entre otras cosas.
Por
último un encargado o gerente, persona responsable del funcionamiento y
operación de la sala, por otro lado
tenía que lidiar con todo tipo de situaciones y problemas y darles
solución ya que el la función siempre debía
de continuar.
Otro
personal eran los acomodadores, cuando en la sala estaba a oscuras y ya había
empezado la función, su labor principal consistía, en mostrar el camino por los
pasillos, encaminar y guiar a los espectadores, para asignarles los asientos correspondientes, por
cortesía se le podía dar una moneda o por
el gesto. Se valían de una lámpara o pequeña linterna para realizar su tarea,
también labores de vigilancia para que
la gente extinguiera los cigarrillos ya que supuestamente no se podía fumar,
durante muchos años esta restricción no era respetada.
Para
ir al cine la tradición marcaba asistir un poco antes de la función pasar al
lado del cine Royal, ahí se encontraba
una lonchería donde se preparaban lonches[1]
de ternera, la idea era comerlas durante
la función de cine.
El
Cine Royal proyectaba en un principio
estrenos y después casi solo producciones nacionales. En la actualidad el
espacio que ocupaba el cine es utilizado como estacionamiento y presenta un
notorio descuido.
del cine royal hacia el oriente todavia en 1969 se encontraba en servicio un restaurant llamado la "roca"
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